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Hoy en día sabemos que los biorritmos de las personas tienen características distintas. Hay ciertas personas que a las seis o siete de la mañana se levantan con mucho vigor, ganas de hacer cosas, llenas de energía y pasan su día estupendamente. Pero al llegar las siete-ocho de la noche se les terminan sus baterías, es decir, sus energías van cediendo. Son aquellas personas que se acuestan pronto, las rutinas que tienen antes de dormirse las realizan a partir de las ocho y media-nueve, como son la cena, leer, ver la televisión, etc. Suelen dormir en este periodo nocturno que oscila entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana. Este grupo de personas las llamamos personas matutinas y es una característica totalmente normal de estos ritmos biológicos.
Por el contrario, hay un grupo de personas que son nocturnos. Son aquellas personas que entre las diez y doce de la noche tienen mucha energía, con ganas de hablar, llenos de proyectos, comunicarse y les cuesta mucho conciliar el sueño antes de la 1 de la noche. Lógicamente, al día siguiente, si se pudieran levantar alrededor de las nueve o diez de la mañana estarían estupendas, pero como esas personas se tienen que levantar en horarios de trabajo, mucho más actuales como son las 8 de la mañana, suelen padecer una ligera somnolencia durante la mañana. Este grupo de personas, que también es normal, se denominan nocturnas.
El trabajo nocturno es necesario hoy en día. Nuestra sociedad es una sociedad que funciona 24 horas y esto hace que tengamos o precisemos la ayuda de muchas personas que realicen trabajos para que el resto de la humanidad puedan tener un buen día. Necesitamos a los enfermeros que trabajan de noche, a los bomberos que cuidan de nosotros, al igual que los policías. Necesitamos a los trabajadores de las fábricas que trabajan 24 horas, necesitamos a periodistas que son los que preparan la información para el día siguiente. Es decir, miles y miles de personas tienen que trabajar durante la noche para poder servir a los demás ciudadanos. Dormir de noche y estar despierto de día es lo normal para el cerebro humano; estamos diseñados para dormir precisamente en la oscuridad y cuando hay melatonina en nuestro cuerpo, la cual fabricamos precisamente cuando existe esta oscuridad. Por el contrario, estamos diseñados genéticamente para despertarnos coincidiendo con la luz del Sol, que es la que ayuda a parar la secreción de melatonina. Por lo tanto, el sueño está asociado a la oscuridad y a tener melatonina en nuestra sangre, mientras que la vigilia está condicionada a no tener melatonina en nuestra sangre y muy matizada por la presencia de la luz solar, la cual muy conveniente para nuestro cerebro recibirla a primeras horas del día.
Como realmente necesitamos a estas personas que trabajan de noche, entendemos después de lo explicado que cuando dormimos de día nunca tendremos la misma calidad que cuando dormimos durante la noche. Es por esto que las personas que realizan estos trabajos nocturnos, su sueño suele ser más corto, algo más superficial y necesitamos ayudarles con algunas normas como podrían ser la utilización de gafas oscuras cuando salen del trabajo para simular ya lo que sería su noche, tomar melatonina en el momento de iniciar su sueño -una hora antes al menos- y como solamente suelen dormir alrededor de las 6 horas, pueden realizar una siesta de una hora y media después de seis-siete horas de haberse levantado. Es decir, si pueden dormir hasta las 3 de la tarde – que para ellos las 3 de la tarde serían sus 8 de la mañana- por lo tanto, calcular que tendrían que realizar una siesta alrededor de las 8-9 de la noche, antes de entrar a su turno de trabajo. Las personas que son diurnas sufren muchísimo más cuando realizan los trabajos nocturnos, porque precisamente sus ritmos biológicos están en contra totalmente de esta nocturnidad. Es por eso que hoy en día las grandes empresas ya están realizando estudios de sus empleados para saber si son nocturnos o diurnos. Los nocturnos son los que escogen para trabajos de noche, mientras que los diurnos son los encargados de entrar a trabajar a las primeras horas del día. Así consiguen un mejor rendimiento y sobre todo, una mejor salud para las personas que trabajan de noche.