Debemos tomar consciencia de la importancia del dormir, ya que para nuestro cuerpo dormir bien es como recargar baterías.
¿Tienes teléfono móvil? ¿Cuántas horas duerme tu móvil? Y, ¿cuántas horas necesitas tú para recargar tus baterías? Porque eso es lo que haces mientras duermes: reponer fuerzas. Durmiendo recuperas la energía que gastaste ayer y que necesitarás mañana.
¡Quién no ha experimentado una noche en blanco! Al día siguiente, no hay quien dé pie con bola. Nos falta la energía para estar alerta y en movimiento.
Haz el experimento. Esta noche, en lugar de acostarte, mantente en vela hasta la hora de irte a trabajar. Cuando llegue el momento, date una ducha y sal a la calle. Si has logrado mantenerte despierto toda la noche –una primera prueba nada fácil- sentirás durante todo el día que te invade una terrible fatiga, que te sientes irritable y que te cuesta concentrarte. Y sólo ha sido una noche…
Necesitamos dormir para poder estar despiertos y estar despiertos para luego poder dormir. Por muy sencilla que parezca, ésta es la lógica que justifica la necesidad de dormir. Si no dormimos bien, el día se hace cuesta arriba. Por otra parte, si no estamos bien durante el día, pasamos una mala noche. Si te acuestas con ansiedad, tardarás más en conciliar el sueño y, tal vez, no descanses para conseguir repararte. He aquí el círculo, que puede llegar a ser vicioso: pasar un mal día y no dormir, pasar entonces una mala noche y tener un día de perros.
El insomnio afecta cada día a más y más personas, es importante averiguar los motivos de nuestro insomnio para poder solucionarlo.