El creciente interés en el cuidado y bienestar ha producido un aumento de dispositivos para evaluar nuestro sueño, y para mejorar su calidad. Además, los avances en las tecnologías ha abierto cada vez más la oferta. Por esto, muchas personas se preguntan cuál es el mejor, cuál recomendaríamos, o cuál se ajusta mejor a lo que uno busca.
Efectivamente cada dispositivo tiene una calidad en función de la tecnología: por un lado el dispositivo puede ser más o menos completo, y por otro lado es muy importante el fundamento médico por el cual lo han desarrollado de aquella manera.
Pero independientemente de la calidad del dispositivo, el objetivo de ellos es, en general, el mismo:
1.Los relojes y apps nos proporcionan información de nuestro sueño, y su efecto sobre las personas es de un empoderamiento y motivación para intentar mejorar su descanso. Así que, lo más importante es el gesto y la voluntad de la persona, más que el dispositivo que escoja. Es una manera de intentar aumentar horas de sueño, o mejorar la regularidad de los horarios. También seria una herramienta para mejorar un insomnio leve, aunque si el control del registro se convierte en una obsesión, puede provocar un aumento del insomnio.
2.Por otro lado tenemos los Asistentes:
Pueden ser dispositivos que proporcionen una música relajante, que te asistan a una sesión de meditación, que aporten luz cálida antes de ir a dormir,… Pero todos ellos tienen un objetivo común de preparar el sueño y propiciar un entorno adecuado. No proporcionan más secreto que todos aquellos hábitos de sueño y terapias psicoconductuales que pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño o mitigar un insomnio leve. En este caso tampoco existe una opción mejor y ninguno de ellos tiene la “varita mágica”, son asistentes que pueden servir para todo el mundo, y cada uno sera adecuado en función de la necesidad y de la motivación de la persona en que sea su mejor estrategia.