Sueño y deporte

El deporte es muy necesario para una vida saludable, debe ser, en primer lugar, algo que nos guste, que nos apetezca, básicamente diversión.

Aunque algunas personas lo hacen por un aspecto estético, nosotros siempre recomendamos que el deporte sea algo lúdico, que nos provoque placer.

Para el sueño es fundamental practicar algo de ejercicio, pero es importante saber a la hora que tenemos que practicarlo. Practicar deporte da lugar a la secreción de unas sustancias cerebrales que se llaman endorfinas, estas provocan una sensación de bienestar, de alerta, de ganas de hacer cosas, de buen humor, entonces si lo hacemos por la mañana tendremos un día ideal, en cambio si lo hacemos a última hora de la noche puede interferir en el sueño.

Sabemos que el ritmo de vida que llevamos lleva a realizar deporte por la noche porque no se pueden hacer en otro momento, pero lo ideal es hacerlo siempre por la mañana o medio día y preferiblemente nunca después de las 7 de la tarde. 

 

Menstruación y sueño

El insomnio y otros trastornos habituales, como la somnolencia diurna o nocturna excesiva, son habituales a cualquier edad mientras haya menstruación. Durante los días de la regla mu- chas mujeres refieren dificultades para conciliar el sueño, numerosos despertares, cansancio al despertarse y somnolencia o fatiga persistente en la vigilia. Estos síntomas pueden aparecer incluso una o dos semanas antes, formando parte del síndrome premenstrual, el cual añade hinchazón, calambres y dolores abdominales, turgencia mamaria, cefaleas, irritabilidad y de- seo irresistible de consumir dulces.

 

  • 6 horas antes de dormir:  Evitar  todas aquellas bebidas con alto contenido en cafeína (colas, café, yerba mate, chocolate y té). Asimismo, los refrescos azucarados o el alcohol no son convenientes. 
  • Hidratación: antes y durante la menstruación es básico ingerir líquidos abundantes; al menos dos litros diarios para compensar la pérdida de fluidos y mitigar la hinchazón. Podemos recurrir a los zumos de frutas, verduras y hortalizas, las infusiones sin azúcar y, por supuesto, el agua que ayuda a combatir además la retención de líquidos. 
  • Alimentación equilibrada: nada de grasas, fritos o alimentos muy condimentados al llegar la noche. Evitar dulces, que pueden provocar trastornos intestinales y acidez, lo que nos retarda el sueño y/o nos  despierta. Por el contrario hay que incorporar alimentos ricos en hierro. 
  • Ejercicio permanente a cualquier edad:  Al menos tres o cuatro veces a la semana deberíamos incorporar una rutina para movilizar nuestros músculos, activar la circulación y favorecer el sueño. Puede ser cualquier ejercicio (caminar, correr, natación, etc.) y lo practicaremos hasta tres horas antes de ir a dormir, a fin de no energizar el organismo. 
  • 2 horas antes de dormir: es el momento de relajarse. Música suave, lectura, meditar, tomar una infusión o ver una película son herramientas que ayudan a reducir el estrés causado por la marea hormonal. Si fuera necesario, es posible tomar un hipnótico suave, siempre bajo prescripción médica.

 

TEA y Sueño

 

 

Hoy, 2 de abril, se celebra el Día Mundial de Concienciación del Autismo.

El 80% de los niños con espectro autista padecen problemas de sueño.

El problema más frecuente en pacientes con TEA, en consulta de las Unidades de Sueño, es el   INSOMNIO (56%). Existen otros trastornos que dificultan el buen descanso.

  • Dificultad para acostarse
  • Parasomnias: gritos nocturnos, sonambulismo, bruxismo, terrores nocturnos
  • Dificultad para levantarse
  • Somnolencia diurna
  • Trastorno de Movimiento periódico de piernas
  • Ronquidos y/o apneas de sueño
  • Alteración de ritmos circadianos en el ciclo vigilia-sueño

Otro frecuente problema de sueño que se consulta en las Unidades de Sueño es la alteración del sueño de los padres y cuidadores.

La presencia de otras comorbilidades neurológicas como la Epilepsia sería otra de los trastornos realcionados con el sueño en pacientes con TEA.

La alteración en el sueño agrava la clínica que presentan los niños con TEA: menor relación social, mayores comportamientos repetitivos, problemas afectivos, mayor hiperactividad e inatención.

Es por eso la importancia de valorar e intervenir estos problemas a tiempo  en las Unidades de Sueño y actuando de manera Multidisciplinar con otras especialidades médicas.

 

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